Irradiación en los Alimentos
Resumen
Si bien la irradiación de alimentos conlleva más 70 años en la industria de los alimentos como método de conservación, también debemos decir que siempre fue puesta en un lugar no favorecido, a pesar de infinidades de ensayos y pruebas que determinan que ésta preserva la inocuidad y extiende la vida útil del alimento, y que su técnica avala el determinado calibre de calidad, y que logre no generar un daño en el consumo humano, aun así se la ha juzgado por su nombre y no por su eficacia.
La irradiación de alimentos ha sido identificada como una tecnología segura para reducir el riesgo de ETA’S (Enfermedades Transmitidas por Alimentos), en la producción, procesamiento, manipulación y preparación de alimentos de alta calidad. Es a su vez, una herramienta que sirve como complemento a otros métodos para garantizar la seguridad y aumentar la vida útil de los alimentos. Para todo esto es necesario contar con una garantía que certifique dicha tecnología, y es allí donde debemos nombrar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que es un organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa fundamentalmente de asuntos sanitarios internacionales y salud pública. Y mediante cooperación técnica directa con sus estados miembros y el fomento de dicha cooperación entre estos, las OMS promueve el establecimiento de servicios completos de salud, la prevención y la lucha contra las enfermedades, el mejoramiento de las condiciones, investigaciones biomédicas y sobre servicios de salud, además la planificación y ejecución de programas de salud.
Retomando el objetivo de esta investigación y elevando las diferentes técnicas para conservar un alimento o extender su vida útil, es volver a la irradiación de alimentos como una modalidad efectiva y científicamente estable para conseguir que el mismo no pierda sus características organolépticas ni su calidad en la ingesta de cada ser humano.
A pesar de haber sido aprobada por Organizaciones Internacionales de expertos en la materia, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la irradiación de alimentos no ha contado con mucha aceptación en muchos países del mundo, y como todo método que se desconoce genera rechazo por la sociedad, y tal vez por no saber nada sobre el proceso industrial que conlleva realizar la irradiación en los alimentos. Detrás de todo proceso que es señalado existe una lucha inevitable y que sucede cada día y desde hace muchísimos años, y es la pérdida enorme, pero evitable de alimentos por su descomposición, por las enfermedades y defunciones que produce el consumo de alimentos contaminados. ¿Qué tanto puede la irradiación colaborar con estas importantes causas? ¿Qué ventajas y desventajas podemos encontrar en el camino? ¿Qué beneficios tiene la irradiación de alimentos? ¿Qué más datos científicos se necesitan para constatar que es una técnica viable y efectiva? ¿Qué necesita saber el consumidor para estar tranquilo que un alimento irradiado no generara daño a quienes lo consuma? Muchas preguntas. Sí, pero de esto se tratara esta tesina, que no será un libro técnico, simplemente ofrecerá al lector y elaboradores de alimentos, que irradiar alimentos es inocuidad también, y que permite que no se pierda la calidad de los mismos, que con perspectivas y fuentes fiables se certificara que debería permitirse en todo el mundo la utilización de este método y que no es un mito, es una realidad firme y valida, y de una gran oportunidad para la lucha de la pérdida de alimentos en el mundo.